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lunes, 5 de julio de 2010

El día después: Cuando el peronismo traicionó a Perón para irse con López Rega

El día después: Cuando el peronismo traicionó a Perón para irse con López Rega

El peronismo no cumplió con los últimos deseos de Juan Perón, quien advertía los enormes obstáculos que había por delante y la necesidad de resolverlos más allá del peronismo. Por eso la convocatoria a Ricardo Balbín, líder de la UCR. Pero el peronismo traicionó a Perón, y probablemente hoy día lo sigue haciendo desde su Consejo Nacional que tiene un proyecto excluyente y hegemónico. Pero no nos anticipemos. Recordemos aquellos días de julio de 1974.

JUAN BAUTISTA YOFRE | 04/07/2010 | 07:43

CIUDAD DE BUENOS AIRES (El Escarmiento). El 4 de julio se realizó la despedida oficial en el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación. En la ceremonia hicieron uso de la palabra 12 oradores. Benito Llambí, en epresentación de los ministros; José Antonio Allende, por Senadores; Raúl Lastiri, por Diputados; Miguel Ángel Anaya, por las Fuerzas Armadas; Duillo Brunillo, por el Partido Justicialista; Silvana Roth por la Rama Femenina; Lorenzo Miguel, en nombre de las 62 Organizaciones; Adelino Romero por la CGT; Julio Broner por la CGE; Carlos Saúl Menem en nombre de los gobernadores; y Ricardo Balbín en representación de los partidos políticos.

De todos los discursos el más recordado fue el del jefe radical, que no leyó como los anteriores, sino que improvisó, en algunos momentos con sus pulgares en el filo de los bolsillos: "Este viejo adversario despide a un amigo, y ahora, frente a los compromisos que tienen que contraerse para el futuro, porque quería el futuro, porque vino a morir para el futuro, yo le digo, señora Presidente de la República: los partidos políticos argentinos estarán a su lado en nombre de su esposo muerto para servir a la permanencia de las instituciones argentinas, que usted simboliza en esta hora".

Tras las referencias que María Estela Martínez de Perón le había transmitido a Ricardo Balbín sobre los consejos de su marido (consultar sus decisiones con el jefe radical, estar permanentemente en contacto con él), Balbín no se sorprendió cuando fue invitado a Olivos a entrevistarse con la Presidente de la Nación, a las 13 horas del viernes 5 de julio. Ya para ese entonces el invitado conocía los trascendidos que hablaban de que Perón, en su lecho de enfermo, había imaginado traspasarle el Poder Ejecutivo, aunque no se sabía cómo, en tanto Balbín no estaba contemplado en la ley de acefalía.

Cuando Balbín llegó a la residencia presidencial, acompañado de Enrique Vanoli, se encontró con José Ber Gelbard. Al rato fueron llegando los miembros del gabinete nacional, los titulares de ambas cámaras del Parlamento, el presidente de la Corte Suprema, los comandantes generales de las Fuerzas Armadas, los secretarios generales de la CGT y las 62 Organizaciones y el secretario general de la Presidencia. Estaba claro que no iba a ser una reunión privada dada la asistencia multitudinaria.

La cumbre se llevó adelante en el gran comedor de estilo inglés del chalet presidencial. Luego de los saludos de rigor a cada uno de los presentes, la Presidente de la Nación tomó la palabra, agradeció la asistencia de todos y se dirigió a Balbín, agradeciéndole especialmente por el discurso que había pronunciado en los funerales de su marido, que había tenido amplia repercusión nacional.

Seguidamente, Isabel planteó un tema que muchos hablaban en privado: la inconveniencia de que López Rega continuara viviendo en la residencia presidencial. Isabel elogió la capacidad de trabajo y la lealtad de López Rega, a quien "Perón consideraba como un hijo", y preguntó a los presentes qué opinaban. Ésta es la versión de Heriberto Kahn en su libro Doy Fe y que fue retomada por Joseph A. Page en Perón, Una Biografía. Sin embargo, la cuestión era otra: se estaba discutiendo cuál iba a ser el papel de López Rega a partir del fallecimiento de Perón. Se dilucidaba el perfil del nuevo gobierno.

El primero en hablar fue el titular de Trabajo, Ricardo Otero, quien se deshizo en ponderaciones hacia su colega de Bienestar Social. La exposición de Otero, observó más tarde Llambí, "me reveló a las claras que el asunto estaba debidamente preparado". En términos parecidos a Otero se expresó Juan Alberto Vignes. Ricardo Balbín le explicó a Isabel la conveniencia de preservar la imagen presidencial de manera "inmaculada" y aconsejó evitar la influencia hegemónica del ministro de Bienestar Social. Teniendo en cuenta el inicio de una nueva etapa del gobierno, había que "quitar del camino" a aquellos factores que pudieran parecer irritativos: "Si usted considera necesario el asesoramiento político del señor López Rega, puede seguir contando con él desde las funciones que desempeña como ministro de Bienestar Social". Este final fue clave porque Balbín, dentro de los límites de la prudencia, estaba acotando la geografía de López Rega dentro del Poder Ejecutivo.

Última Clave, del 11 de julio, dijo que también señaló "fallas en el aparato de informaciones", en abierta crítica al secretario Abras. "A su esposo se le hacía una propaganda que no necesitaba, que le hacía daño a él y al país. Usted tampoco la necesitará, señora". Benito Llambí recordó que Balbín no entendía su presencia en la reunión, "en tanto se iban a considerar asuntos de gobierno, y de carácter reservado; su tono de voz revelaba a la vez extrañeza y molestia". Posteriormente, alguien, le va a adjudicar a Balbín el hablar sobre armas en el Ministerio de Bienestar Social. Eso no fue cierto.

Jorge Taiana en El Último Perón sostiene que recordó a los presentes que con la muerte de Perón había llegado el fin de la "verticalidad" y a López Rega -sentado a su izquierda- la obligación de los ministros de limitarse al área fijada por la Ley de Ministerios. Taiana advirtió que sólo los ministros Llambí y Robledo coincidieron con sus palabras. Los demás "mostraron tibieza o franco apoyo a López Rega". Llambí fue el más explícito al relatar que lo que se estaba tratando era la posibilidad de que López Rega se convirtiera en Primer Ministro (figura que no existía en la Constitución Nacional), "ministro-enlace" con la Presidente de la Nación. Eso significaba que todos los asuntos, antes de llegar al despacho de Isabel, debían pasar por sus manos. En términos parecidos se expresó el senador José Antonio Allende al criticar la figura del ministro-enlace o Primer Ministro. Muchos participantes alabaron a López Rega, otros no dijeron nada, otros "tiraron la pelota afuera", como observó una fuente de Heriberto Kahn.

María Estela Martínez de Perón cerró la reunión con la frase "lo que bueno para Perón, será bueno para mí; así como lo que fue malo para Perón, será malo para mí", y mantuvo a López Rega dentro de Olivos (recién un año más tarde fue sacado por la escolta del Regimiento de Granaderos a Caballo). A los pocos días renunciaron Taiana y Solano Lima. Luego partirían Benito Llambí y Robledo. José Antonio Allende dejó de ser vicepresidente provisional del Senado, y poco más tarde José López Rega, como secretario privado de la Presidente, sería designado "coordinador" del gabinete, conservando su cargo de ministro de Bienestar Social.

Cuando terminó la reunión, Balbín -que estaba molesto- le habría dicho a Taiana que esperaba que fuese la primera y la última reunión de esa naturaleza: "La expectativa creada le hace muy mal al país". Al subirse al automóvil que lo llevaba de vuelta a la Capital Federal, Balbín le comentó a Enrique Vanoli: "Esto ha sido una trampa".

Al día siguiente, sábado 6 de julio, La Razón informaba en su portada que Dolores Eyerbe sería la secretaria privada de la Presidente, con lo que cesaba en ese puesto López Rega, y que el ministro "abandonaría en breve la residencia presidencial de Olivos". Nada de eso sucedió.

http://www.urgente24.com/index.php?id=ver&tx_ttnews[tt_news]=144098&cHash=1f4ec82f9b

sábado, 17 de abril de 2010

Celestino Gelsi


El 8 de marzo se cumplieron 20 años del fallecimiento de Celestino Gelsi, el último gran gobernador que tuvo Tucumán.
Hombre de ideas y de acción, defensor del federalismo, austero, Gelsi fue un digno ciudadano y honesto en sus cualidades, nunca utilizó dinero del erario público para hacer proselitismo o clientelismo político.
Al contrario, vendió sus propiedades para financiar sus actividades políticas. Quería tanto a Tucumán, que al momento de retirarse de la política a raíz de su enfermedad decide jubilarse, y a pesar de que asesores y algunos amigos le aconsejaban jubilarse como gobernador de Tucumán, el prefirió hacerlo como senador nacional, aún con menor sueldo, para no recibir de su provincia dinero que hacía falta para atender otras necesidades.
Gelsi en apenas cuatro años hizo más obras que cualquier otro gobernador. Y no sólo se preocupó por las acciones de orden municipal y las que hacen a la vida cotidiana, sino que dejó emprendimientos de grab magnitud, que cambiaron el perfil de la provincia, como el Dique El Cadillal, o el Aeropuerto.
Gelsi construyó el Hospital de Niños, la Maternidad, el Centro de Salud, más de 100 dispensarios y varios hospitales en el interior de la provincia. Se establecieron además planes prenatal, natal y postnatal en toda la provincia, reduciendo la mortalidad infantil.
Durante su prolífica gestión se pavimentaron infinidad de calles, se construyó el Lago San Miguel en el Parque 9 de Julio; se llevó la electricidad a decenas de localidades del interior, se fomentó la creación de tambos lecheros, se diversificó la producción agrícola y ganadera, se establecieron nuevas industrias como la de celulosa, papeleras y de productos químicos fertilizantes; se garantizó el derecho de huelga; se acompañó con créditos blandos a las plantaciones de tabaco y de la caña de azúcar, se defendió la industria azucarera.
Gelsi fue el creador del Consejo Provincial de Difusión Cultural, que marcó un hito en Tucumán, construyó decenas de escuelas, les dio la jubilación con 25 años de servicios a los docentes, y en el área social estableció el 82% móvil a los jubilados y el 75% a los pensionados; creó “verdaderas cooperativas de trabajo” y con ellas le dio solución al viejo problema de las líneas urbanas y suburbanas de transporte público de pasajeros.
Gelsi también construyó la terminal de ómnibus en El Bajo, construyó el aeropuerto Benjamín Matienzo en el Parque 9 de Julio, compró tres aviones sanitarios para el uso “exclusivo de traslados de pacientes” y no para el uso particular, e hizo la más importante obra hídrica de la provincia como es el dique El Cadillal que lleva su nombre, lo que permitió solucionar en toda la provincia la carencia de agua para consumo y para riego; trabajó por el turismo realizando competencias de motonáutica interprovinciales en este dique. Estas son algunas de las inolvidables obras de gobierno que realizó en un solo período de gobierno.
Aunque pasó sus últimos años en una extrema austeridad, Gelsi tuvo la dicha de poder caminar con tranquilidad por las calles de la ciudad, recibiendo el afecto de los tucumanos. Su nombre quedó grabado a fuego como símbolo de honestidad y eficiencia a favor de un Tucumán mejor.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Adiós a un mito: El José de San Martín que no conocemos



No debería pasar desapercibido el extraordinario aporte del ya veterano periodista argentino radicado en España, Armando Rubén Puente, quien investigó en Francia la vida de José Francisco de San Martín e inclusive consiguió 40 documentos originales que acaba de donar al Instituto Sanmartiniano. Todo lo que nos contaron sobre San Martín en Francia, es falso.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). José Francisco de San Martín no fue pobre en Francia sino adinerado. Y mundano: frecuentó a toda la intelectualidad francesa, y probablemente no quería regresar a las Provincias Unidas del Río de la Plata porque él se encontraba en el centro del 'jet set' parisino. Eso no merma sus dotes de gran militar ni sus cualidades morales, marcada por la honestidad, la discreción y la ética, pero permite una visión bien diferente de quién era San Martín.

Probablemente el verdadero San Martín haya sido mucho más interesante que el falso San Martín que contaron Bartolomé Mitre, Domingo Sarmiento y Juan Bautista Alberdi.

El aporte fue realizado por el veterano periodista argentino Armando Rubén Puente, un interlocutor permanente de Juan Domingo Perón en España, quien llegó al país buscando editorial para su manuscrito (¡por favor, que no acepte devaluar su investigación para convertirla en texto de divulgación porque perdería mérito!), y visitó a su colega Roberto García, en el programa La Mirada, por Canal 26.

La clave de San Martín en Francia -él llega procedente de Bélgica, que se acaba de separar de Holanda o Países Bajos, donde rechazó el cargo de jefe de su Estado Mayor- se llama Alejandro María de Aguado, un banquero y mecenas español expatriado en Francia, igual que San Martín (no eran exiliados porque no tenían el regreso prohibido a sus países respectivos).

Alejandro María Aguado era hijo del 2do. conde de Montelirios y de María Remírez de Estenoz, de ilustre y rica familia radicada en Cuba.

Aguado recibió una base escolar en matemáticas superior a la corriente y en 1799 abrazó la carrera militar por vocación, ya que la fortuna de sus padres lo tenían cubierto de necesidades.

En 1799 ingresó como cadete en el regimiento de infantería Jaén, de donde pasó en junio de 1808 al batallón de Voluntarios de Sevilla Nº 4, participando en las batallas de Tudela y Uclés contra las tropas napoleónicas.

Participó de la Logia Integridad de Cádiz, a la que posteriormente se incorporara José de San Martín.

Tratando de definir la relación entre estos hombres, muchos autores consideran que Aguado y San Martín se habrían conocido en el Regimiento de Voluntarios de Campo Mayor en 1808.

Ocupada Sevilla por los franceses se alistó en las filas del ejército de José Bonaparte, como edecán del Estado Mayor del mariscal Jean de Dieu Soult.

Coronel del regimiento de Lanceros Españoles combatió en Albufera y fue nombrado comandante militar del Condado de Niebla. Cuando los franceses fueron derrotados por las fuerzas españolas-británicas que dirigía Arthur Wellesley, I duque de Wellington, se dirigió a Francia en 1813, rechazó el nombramiento de gobernador de Martinica y abandonó la carrera militar.

Aguado ya había empezado su carrera comercial como proveedor del ejército napoleónico en Andalucía.

Arnaldo S. Racchella utilizando como fuentes a Mario Eduardo Cohen; Carmen Castells, y Ricardo E. Brizuela cita al historiador español Gregorio Marañón, quien señaló: "... en los documentos de París hay una concomitancia entre don Alejandro (Aguado) y los comerciantes y banqueros judíos, lo que me hace presentir, en mi fuero interno, con casi seguridad, que aquel benemérito varón perteneció a dicha raza (judía)". Agrega: "Yo he conocido varios Aguados de procedencia Navarra entre los sefarditas que aún existen en el mundo".

En París creó varias empresas de importación y venta de vinos, aceite y frutas y fabricación y venta de perfumes. En 1821 inició sus primeras operaciones en la Bolsa y se vinculó a los banqueros Fould y Pereire.

En 1824 se hizo cargo de la gestión en París del Empréstito Real de España, cuando ningún banquero europeo quería asumir riesgos con España, en crisis económica.

En 1828 y 1830 suscribió dos nuevos empréstitos con el rey Fernando VII y refinanció las deudas que España tenía con el Reino Unido, Francia y Holanda. En agradecimiento el monarca le otorgó el título de marqués de las Marismas del Guadalquivir.

Ya era uno de los grandes banqueros de París y era considerado “el hombre más rico de Francia”.

En 1831 Aguado cedió su Banco a la casa Ferrere, Lafitte, quedando como socio comanditario de la misma, y se dedicó a promocionar importantes actividades culturales: durante el resto de su vida financió la Ópera de París y el Teatro de los Italianos, creó revistas como la Revue de Paris, y diarios como Le Constitutionnel , presidió el Ateneo de París, y formó la más importante de las colecciones privadas de arte existentes en Francia.

Su palacio de París y el palacio Petit Bourg, ubicado en Evry a 25 kilómetros de la capital, se convirtieron en centro de reunión de artistas líricos y del ballet, compositores como Rossini y escritores como Balzac y Nerval. Y San Martín participaba de ese grupo íntimo de Aguado. San Martín frecuentaba a la intelectualidad francesa, que era la más importante del mundo, por aquel entonces. Nadie se enteró en el Río de la Plata porque San Martín siempre hizo de la discreción una regla de vida.

Aguado reunió 360 cuadros de pintores españoles como Velázquez, Murillo, Ribera, Zurbarán, y también de las escuelas italianas, como Leonardo Da Vinci y Rafael y holandesa-flamenca, como Rubens y Rembrandt.

En tanto siguió participando de empréstitos a Grecia, al Piamonte y a los Estados Unidos, construcción del canal de Castilla, desecación de las marismas del Guadalquivir, explotación de las bodegas Château Margot y de minas de carbón en Asturias.

Vivió en Ivry sur Seine durante varios años en que fue alcalde del municipio; embelleció la localidad, mandando a construir el puente colgante sobre el Sena, que recibió su nombre.

Rico y alegre, en contraste con San Martín, que era de carácter reservado y serio; coincidían en aspectos como la honradez de intenciones, la rectitud y su limpieza de conducta.

Ambos estaban expatriados en Francia y habían sido compañeros de ejército, probablemente entre ellos hablaban castellano.

San Martín le expresó a Tomás Guido: "Mi salud se repara de día en día a beneficio de los aires del campo y de la sociedad de la familia del señor Aguado, antiguo compañero de armas del mismo Regimiento de España y seguro amigo, cuya familia vive al lado de la casita de campo que habito".

En 1832, José de San Martín enfermo y sin recursos fue auxiliado por Aguado, ante las deudas que peruanos, chilenos y el Estado argentino tenía con el prócer, que finalmente fueron mal pagadas y a destiempo, tras muchas gestiones.

-¿Con que tú eres el banquero Aguado? - dijo San Martín- y su amigo le respondió:

- Hombre, cuando alguien no puede llegar a ser libertador de medio mundo, me parece que se le puede perdonar que sea banquero.

Lamentablemente, esta fructífera relación personal se vio truncada en 1842 por la súbita muerte de Aguado. En un viaje de inspección a sus minas de carbón en Asturias, fue sorprendido por una terrible tormenta de nieve.

Sus carruajes no pudieron seguir. Imprudentemente, Aguado decidió dejarlos y seguir caminando en medio de la feroz tormenta. Apenas pudo llegar a Gijón, donde falleció inmediatamente.

Aguado había nombrado a San Martín su albacea testamentario y tutor de sus hijos, haciéndolo además heredero de todas sus alhajas y condecoraciones personales.

Dicen que San Martín no vendió a precios adecuados la fabulosa colección de arte, y acerca de sus alhajas se desconoce qué ocurrió, oscureciendo la memoria de Mariano Severo Balcarce, yerno de San Martín.

Armando Rubén Puente le escribió hace 1 año la siguiente carta al diario Los Andes, de Mendoza:

Alejandro María de Aguado nació en Sevilla el 28 de enero de 1785, hijo del segundo conde de Montelirios y de María Ramírez de Estenoz, de ilustre y rica familia cubana, con vínculos en el Río de la Plata: los Bucarelli.

En 1799 ingresó como cadete en el regimiento de infantería Jaén, de donde pasó en junio de 1808 al batallón de Voluntarios de Sevilla n° 4, participando en las batallas de Tudela Uclés contra las tropas napoleónicas.

Ocupada Sevilla por los franceses se alistó en las filas del ejército de José I Bonaparte, siendo incorporado como edecán del Estado Mayor del mariscal Soult.

Como Coronel del regimiento de Lanceros Españoles combatió en Albuera y fue nombrado comandante militar del Condado de Niebla. Cuando los franceses fueron derrotados por las fuerzas coaligadas mandadas por Wellington, se exilió, rechazó el nombramiento de gobernador de Martinica y abandonó la carrera militar.

Casado con Carmen Victoria Morena tuvo 3 hijos, todos ellos nacidos en Francia y, con ayuda de sus familiares, creó en París varias empresas: desde la importación y venta de vinos, aceite y frutas, hasta perfumes. En 1821 inició sus primeras operaciones en la Bolsa y se vinculó a los Banqueros Fould y Pereire.

En 1824 se hizo cargo de la gestión en París del Empréstito Real, en momentos en que ningún banquero europeo quería asumir riesgos con España, sumida en una catastrófica crisis económica. En 1828-1830 suscribió dos nuevos empréstitos con el rey Fernando VII y refinanció las deudas que España tenía con el Reino Unido, Francia y Holanda. Para entonces se había convertido en uno de los grandes banqueros de París y era considerado el "hombre más rico de Francia".

Fue en 1829, en los meses que José de San Martín pasó en París, de vuelta a Europa de su frustrado regreso a Buenos Aires, cuando el Libertador y el banquero iniciaron una relación que se convertiría en una amistad íntima a partir de 1833. Aguado había cedido su banco a la casa Ferrere, Lafitte y empezaba a dedicarse especialmente a promover importantes actividades culturales: financiar la Ópera de París, revistas y diarios y crear la más importante de las colecciones privadas de arte existentes en Francia.

Su palacio de París y el palacio Petit Bourg, ubicado a 25 km. de la capital, se convirtieron en centro de reunión de artistas líricos y de ballet, compositores como Rossini y escritores como Balzac.

José de San Martín compró una casa, Grand Bourg, situada junto al palacio Petit Bourg, y otra en la calle Saint Georges, en la capital, a tres cuadras del palacio de Aguado, para estar cerca de su amigo, el banquero sevillano.

Fue así como el Libertador conoció a los más famosos artistas y escritores de la época que se reunían en los salones de Aguado.

Su vocación de mecenas y coleccionista de arte (reunió 320 obras de Velázquez, Murillo, Alonso Cano, Da Vinci, Rubens, Rembrandt, Rafael, etc) no impidió a Aguado continuar sus actividades financieras y comerciales: empréstitos a Grecia, el Piamonte y los Estados Unidos, construcción del canal de Castilla, desecación de las marismas del Guadalquivir, explotación de las bodegas Chateau Margot y de minas de carbón en Asturias.

En agradecimiento a las inversiones que realizaba en su patria, el rey le concedió el título de marqués de las Marismas del Guadalquivir.

En un viaje que realizó a Asturias para visitar sus minas e inaugurar una ruta de peaje, murió de un fulminante ataque de apoplejía en 1842.

El "hombre más rico de Francia" había nombrado a su amigo San Martín su albacea testamentario y tutor de sus hijos, haciéndolo además heredero de todas sus alhajas y condecoraciones personales. El Libertador se hizo cargo de la compleja misión de ejecutar el testamento y repartir la inmensa fortuna, vendiendo las minas y posesiones y la colección de obras de arte que eran la admiración de toda Europa y que hoy se exponen en los mejores museos del mundo.

San Martín estuvo más de tres años, hasta fines de 1845, ocupado en esa tarea como presidente del "consejo de familia" y tutor de los dos hijos menores del banquero.

Cumplida la voluntad de su amigo el general pudo descansar realizando un viaje a Italia. Continuó viviendo en París, en su casa de la calle Saint Georges y pasando los fines de semana y vacaciones estivales en la casa de Grand Bourg hasta 1848, cuando un estallido revolucionario lo movió a trasladarse a Boulogne sur Mer, en el canal de La Mancha, donde murió.

El mes pasado se ha publicado en Madrid "Alejandro Aguado. Militar, banquero, mecenas", una obra de investigación histórica realizada en archivos franceses y españoles, en la que se dan a conocer 48 documentos inéditos relacionados con José de San Martín en Francia y su amistad con el banquero liberal español, Aguado.

No sé cuándo podrá llegar la biografía a la Argentina ya que el costo de edición española y la cotización del euro, lo hacen muy difícil. En caso de ser publicado pido que conste mi nombre y dirección por si alguien quiere hacer un comentario.

Antes de concluir, me presentaré: Nacido en 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires, Argentina; resido en España desde hace años. Soy académico del Instituto Nacional Sanmartiniano y miembro de la Academia Nacional de Periodismo de Argentina. He escrito varias obras de historia además de la ahora publicada, entre ellas una cuádruple biografía: "Los hermanos de San Martín" y "La Virgen de la Soledad".

http://www.urgente24.com/index.php?id=ver&tx_ttnews[tt_news]=131987&cHash=34bf50cdc8