viernes, 9 de julio de 2010

La figura de Ibn Jaldún (1332-1406)

Ibn Jaldún (1332-1406/732-808 de la H.) fue uno de los más importantes pensadores musulmanes. Pertenecía a una familia árabe que se había establecido en la provincia de Sevilla. Sus antepasados jugaron un papel relevante en la historia de la Sevilla árabe, y él mismo en su Autobiografía se enorgullece de su pasado andalusí.

"Mi antepasado [Jaldún b. Uzmán] al llegar a al-Andalus, se estableció en Carmona con un grupo de gente del Hadramawt, alzando allí la casa de sus descendientes, que luego se trasladaron a Sevilla, formando parte del ejército regular de los yemeníes."



El linaje de su familia se extiende a lo largo de toda la historia árabe de la ciudad, desde el siglo VIII, y en el siglo X ya constituían una de las familias sevillanas más importantes. Los Banu Jaldún han dejado la impronta de su nombre tanto en la toponimia de la ciudad como en la zona circundante.

Cuando los reinos cristianos de España septentrional llegan a Sevilla, hacia 1248-49, la familia de Ibn Jaldún emigró y partió desde Sevilla hacia el norte de África. Después de una breve estancia en Ceuta terminaron afincándose en Túnez.

"Mis antepasados emigraron a Túnez, a mediados del siglo VII –correspondiente al XIII cristiano–, como consecuencia del éxodo tras la victoria del hijo de Alfonso, rey de Galicia» (se refiere a Fernando III)."



Muchas de las grandes familias que poseían una importante tradición cultural y habían estado al servicio de los reyes andalusíes, emigraron al Magreb, formando una especie de élite de cuyos servicios se valieron muchos gobernantes locales.

El propio Ibn Jaldún recibió una educación esmerada según el estilo de la época, llegando a dominar algunas materias como la lengua árabe. Él mismo nos cuenta algunas de las materias que estudió como el Corán o las ciencias racionales, como matemáticas, lógica y filosofía. Poseía también amplios conocimientos de jurisprudencia, lo que determinó que a lo largo de su vida se incorporara al servicio de numerosos gobernantes del Magreb.

Tras pasar algunos años al servicio de regentes de Ifriqiya, decidió emigrar a al-Andalus, tierra de sus antepasados, trasladándose al Reino de Granada, último reducto andalusí. En Granada, entabla amistad con el visir granadino Ibn al-Jatib –al que ya había conocido con anterioridad en la corte de los meriníes de Fez–, y tras conquistar el favor real nazarí, es enviado en misión diplomática ante Pedro I el Cruel en Sevilla, para ratificar un tratado de paz.

A causa de algunas intrigas palaciegas en la corte nazarí, volvió al Magreb, retirándose a la villa de Qalat-Ibn-Salama en el actual territorio de Argelia, donde comienza a redactar su obra magna al-Muqaddima.



La “Historia Universal” de Ibn Jaldún se titula en árabe “Libro de las Experiencias” (Kitab al-‘ibar), y se compone de tres partes principales, la primera es una gran “Introducción” (Muqaddima) con admirables reflexiones sobre la civilización humana; a continuación, aparece la historia de los pueblos y dinastías; y finalmente, como colofón, una extensa y singular “autobiografía”, donde el propio Ibn Jaldún ofrece la medida de sí mismo y la conciencia de su propia valía.

En la etapa final de su vida vivió en El Cairo, capital del sultanato mameluco, uno de los principales estados musulmanes de la época que abarcaba entonces Siria y Egipto. Así nos describe Ibn Jaldún la ciudad cairota:

"Metrópoli del mundo, jardín del universo, punto de encuentro de naciones, hormiguero de pueblos, sede preferente del Islam, centro de poder."



Aquí dedicó parte de su tiempo a leer y escribir, siendo nombrado varias veces juez. También estuvo impartiendo clases en el Djami al-Azhar, la primera universidad de El Cairo:

"Comencé a dar un curso en el Djami al-Azhar. Se me presentó luego al sultán quien me acogió con mucha afabilidad y me asignó una pensión a cargo del fondo de sus dádivas, conforme a su procedimiento habitual para con los sabios."



Acompañó al sultán mameluco a Siria cuando Damasco fue sitiada por Tamerlán, uno de los grandes conquistadores asiáticos. Allí mantuvo conversaciones con él, intentando evitar el saqueo de la ciudad. Ibn Jaldún murió finalmente en El Cairo en 1406.

Su vida, marcada por los encuentros y desencuentros, discurrió entre el Magreb, al-Andalus y Egipto.

Su obra cumbre, al-Muqaddima, una Introducción a la Historia Universal, continúa concitando la atención hoy día, siendo traducida a las principales lenguas del mundo.

http://www.ibnjaldun.com/index.php?id=33

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